Los ensayos son la parte más intensa y también la más mágica. No solo se construyen los personajes y las escenas, también se fortalece el equipo, se experimenta, se falla y se vuelve a intentar. Detrás de cada gesto, de cada silencio en escena, hay horas de trabajo y mucha entrega.

Estrenar es un momento de vértigo, sí, pero también de celebración. Porque cuando el telón se abre y la historia empieza a latir en el cuerpo de los actores y en los ojos del público, todo cobra sentido.

Pero el teatro no se hace solo sobre las tablas. Mientras los actores ensayan, el equipo técnico diseña luces, sonido y escenografía, y el equipo de comunicación prepara todo para que el público pueda encontrarnos, conocernos y venir a vernos.